·Audio's Pain deslumbró ayer en una sala subterránea de Elche
Eme Candela / La última vez que pisaron la
ciudad ilicitana se encontraron entre cientos de palmeras y cientos de personas
esperando a ver a Supersubmarina. Rostros desconocidos que miraban el ordenador
de J.L Truke y la guitarra de R. Meyers con ojos entornados preguntándose qué
sería todo aquello. Sin embargo, todos ellos (al igual que yo) descubrieron un
sonido nuevo, dejaron a sus pies y a sus cabezas acompañar el ritmo e incluso
algún atrevido de primera fila seguía la melodía con el brazo en alto. Cuando
Audio’s Pain terminó su actuación, todo ese público había anotado el nombre del
grupo en sus cabezas (los más despistados en algún soporte palpable) para
escucharlos más tarde y con más tranquilidad en sus casas.
Muy distinto fue el concierto que
ofreció la banda ayer en el local subterráneo, situado en el centro de la
ciudad y que forma parte de su pulso, Subway The Pop. Una sala pequeña, cerrada,
oscura y con un escenario a nivel del público. Pero las características del
local no intimidaron al trío de Murcia y actuaron con la misma fuerza que
aquella vez entre palmeras.
Las estrellas de la noche fueron
las canciones que componen su último EP “Hup!Hed!”. Screamer abrió el apetito de los voraces de aquél sótano y con Superstar y Skyline Of My York estos entraron de lleno en el estado vibrante
que proclamaba la bestia roja allí presente, la guitarra de Meyers. Con los
ordenadores y los instrumentos electrónicos en plena faena, un esperado “Breaking,
breaking the rules” de Real Dreams motivó
a los que todavía no se habían aventurado a bajarse de sus taburetes. Relax nos anunciaba el fin del encuentro
y nos iba devolviendo poco a poco a la realidad, al sótano de Subway.
Pero no solo destacaron sus
últimas canciones, también interpretaron sus temas algo más antiguos pero
indispensables en un setlist como Error
404 o Némesis. Además, se arriesgaron
a tocar una versión atrevida pero ambiciosa de Love Love de Take That y Uprising
de Muse, una combinación que puede antojar extraña pero cuyo resultado deja al
público boquiabierto.
Por desgracia fuimos pocos los
que disfrutamos de su sonido en directo, la sala estaba casi vacía. Por
desgracia los gritos de “otra, otra” no se oyeron fuera del local. Por
desgracia no había empujones por parte de los desesperados para situarse en
primera fila. No obstante, el poco público que se encontraba allí aplaudía con
más fuerza que nunca para hacer notar que cantidad no equivale a calidad. El
público expresó al grupo que estaban allí porque les gusta su música y ni uno
solo pensó en marcharse antes de tiempo.
“Concierto entre amigos”, “concierto
íntimo”, “concierto multitudinario”…
Audio’s Pain nos enseñó ayer una grandiosa lección, no importa cuántas
personas les estén viendo en sus actuaciones, no importa si son cientos entre
palmeras o diez en un sótano, lo importante es hacer disfrutar a su público.
Una nota para Audio’s Pain; lo de ayer no fue un “Error 404: público not found”,
fue un conciertazo que nos hizo pasar un buen rato a todos. Gracias y hasta
otra.
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