Dos miembros del grupo Matellán, el guitarrista Carlos
Cárdenas y el guitarrista y cantante Davile Matellán, pisaban la ciudad Alicantina el sábado 18 para presentar de forma
gratuita Calidociclo, su último disco.
El lugar escogido fue Un Buen Día y el formato un tranquilo y divertido
Calidoacústico.
Los asistentes iban entrando al
lounge bar, se sentaban alrededor de una mesa o en la barra mientras
contemplaban sobre el césped artificial las pruebas de sonido de los dos
músicos madrileños. Ambos bromeaban con el público y les pedían que les
ignorasen, que fingieran que allí, entre ambas partes, se situaba una gran
cortina. Cárdenas y Matellán desaparecieron unos minutos de su verde altar y
regresaron justo antes de que se abriera el imaginario telón.
Comenzaron la actuación con Lion’s
Dance, del primer EP de Matellán, Eólica
Tú. Sin embargo, este no fue el único tema del primogénito de los
trabajos del grupo, ya que las cinco canciones tuvieron su espacio en el
acústico. Incluida Otra Tragedia Griega, que causó
una gran respuesta del público.
No obstante, el rey de aquella
noche fue el último LP de Matellán, Calidociclo. Un Mundo Contigo, Shalma Tiene Un
Plan, Rubik y Nubes Sintéticas,
entre otras, asomaron sin ningún
reparo entre el repertorio. El
cantante pedía a los asistentes que formaran parte de los coros en algunos de
estos temas y sumaran sus voces hasta despertar a la ciudad.
Para finalizar la actuación, los
dos músicos rompieron la distancia artista-público y se acomodaron entre su
audiencia. Sin focos y sin micrófonos, ambos empezaron a rasgar las cuerdas de
sus guitarras y a entonar las últimas notas. Acabó así, repitiendo otra vez la
aclamada Nubes Sintéticas, una
actuación repleta de bromas por parte de los músicos, de un buen ambiente y de canciones
interpretadas a veces con un ukelele, a veces con un megáfono y otras “a pelo”.
De este modo, el resfriado cantante no dejó que aquel día fuera un día
cualquiera.
Al acabar el concierto, Cárdenas
y Matellán conversaron con todos los asistentes y les regalaron chapas con una
gran “CC”. Pero el público no solo se llevó a casa un pequeño regalo que poder guardar
o exhibir, sino también la esperanza de poder volver a disfrutar de una
actuación de Matellán.
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