· La banda de Barcelona actuó ayer en la sala Stereo de Alicante
Eme Candela / Una noche cálida acogió el repertorio
de once canciones como si de una lluvia veraniega se tratara. La sala alicantina
Stereo expiraba entusiasmo después de la vibrante actuación de Postal Heroes y
los allí presentes esperaban, mientras se refrescaban en la barra, a que los
barceloneses subieran al pequeño y oscuro escenario. Tres hombres empuñaron sus
instrumentos y la música arrancó desde aquel refugio. El público no tardó en
olvidarse de sus problemas, que habían quedado abandonados junto con los
botellines de cerveza en la barra de la sala. Un leve tamborileo de la planta
del pie encontrándose con el suelo, un cuello balanceándose tímidamente y algún
que otro chasquido de dedos empezó a asomar entre la gente para convertirse en
un baile frenético que culminó con pogos endulzados en primera fila.
Digo Detroit interpretó todos los temas de su último y primer
disco, Reflejos. La actuación comenzó con Fotografía y finalizó con la canción que da nombre al LP. El cantante y guitarrista de la banda, Felipe Cedeño, propuso al público en dos temas – Sentido Vertical e Hipsteria – que participara en los coros. Tras unas breves
indicaciones, todas las personas presentes en Stereo unieron sus voces para
formar parte del sonido Digo Ditroit.
Los integrantes del grupo gozan de experiencia
en la materia, pues también son miembros de otras bandas y llevan encima de los
altares, expuestos a los focos, muchos años. Esta experiencia quedó reflejada
ayer mientras el batería aporreaba con sus baquetas, el bajista acariciaba los
hilos de su instrumento y el vocalista y guitarrista se pasaba la mano por
encima de su tupé mientras ejercitaba los dos instrumentos que poseía. El resultado fue impecable pese a que no habían podido asistir dos de los cinco miembros del grupo.
“En cada concierto nos surge una
nueva anécdota” contaba entre risas Cedeño en
el backstage antes de su actuación. Y
con el mismo buen humor, los miembros del grupo afrontaron un problema con los
micrófonos al comenzar el concierto, porque esa era otra historia graciosa más que contar. Tanto en
la pequeña habitación situada en las entrañas de la sala alicantina como en el
escenario, los miembros de Digo Detroit solo pensaban en pasar un buen rato y
así lo hicieron notar. Bailes, pogos, coros y diversión en una cálida noche
que, por mucho que les pese a los integrantes, no fue solo anecdótica sino también
sobresaliente. Mucha suerte y hasta otra.
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